“El servicio está unido a la alegría de dar”

miércoles, 29 de mayo de 2013
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A continuación se encuentra el artículo completo de la entrevista a Mariana Dadone, voluntaria de Radio María Argentina, que el periódico "La Voz del Interior" de la ciudad de Córdoba incluye en su edición del lunes 27 de mayo de 2013:

 

 

 

Mariana Dadone (45) hace cinco años es voluntaria de Radio María. Su tarea consiste en desgrabar y transcribir una vez a la semana el programa que conduce el padre Javier Soteras de 8 a 9 en esta emisora. Pero su espíritu de voluntariado se despertó mucho antes cuando tenía 19 años y comenzó a ir al Hospital de Niños a asistir a los enfermos terminales. Visitaba, acompañaba y hacía jugar a los niños ubicados en la sala de enfermos crónicos.

Después, se casó, tuvo sus hijas y los tiempos se le complicaron. “Se me hacía difícil ir los viernes y los sábados, así que dejé de ir al hospital pero me convertí en una fiel oyente de esta emisora que en sus comienzos se llamó Radio Encuentro”, cuenta. Primero comenzó como aportante porque esta radio se sostiene en base a la ayuda económica de los oyentes pues no recibe ningún tipo de financiamiento ni de empresas ni del Estado. Después le propusieron transcribir la catequesis radial del padre Javier Soteras.

Así que, entusiasmada con esta actividad vinculada a su inclinación por las letras, desde hace cinco años, se encarga de desgrabar, transcribir, redactar y editar para que después sea subida al sitio web de la emisora. “A veces, no me dan los tiempos o no le quiero robar tiempo a mi familia o tengo mucho trabajo, así que me levanto a la madrugada y me pongo a desgrabar en mi casa”, cuenta. Asegura que, cuando transcribe, muchas veces ha encontrado la respuesta a algún interrogante que le estaba ocupando la cabeza. “Pero esto no me pasa sólo a mí, le pasa a muchos oyentes”, advierte.

También relata que una vez le tocó corregir un libro de espiritualidad y tuvo que leerse las obras compuestas de San Juan de la Cruz. “Me encantó este trabajo, fue un gran aprendizaje y una muy buena experiencia”, agradece. Para tratar de describir lo que para ella es el servicio recuerda un póster con una frase de la Madre Teresa que la marcó en su adolescencia. “Yo dormí y soñaba que la vida era alegría, desperté y vi que la vida era servicio, serví y vi que el servicio era alegría”, reproduce.

Con el voluntariado, las preocupaciones se disiparon. “Antes que empezara en el hospital mi preocupación era si me iban a invitar a bailar el sábado o no, pero luego cuando comencé mi tarea, me di cuenta que esas cosas no tenían importancia. Lo importante es que uno está vivo, sano. Con todas las tragedias que ves ahí, valoras las cosas de otro modo”, advierte convencida.

Mariana es abogada, y trabaja en el rubro de la hotelería. Vive en barrio Rogelio Martínez y está casada con Mariano. Tienen dos hijas, María Pilar (11) y María Mercedes (6). “En esta tarea aprendí a sentirme parte de un proyecto, de un grupo humano, encontré amigos y un espacio de contención y participación que me hace sentir ciudadana del mundo”, cuenta. Sabe de muchas personas que están solas y que hacer alguna actividad voluntaria, los llena y los ayuda a ser más felices. “Hay que salir del propio mundito y acercarse al mundo del otro, como dice el papa Francisco”, dice convencida. Ella señala que si tuviera más tiempo, le gustaría ir a visitar y acompañar a los pacientes enfermos del Hospital Raúl Ferreira que está en su barrio, para acercar una palabra de aliento y esperanza.